Algo está cambiando en la venta de servicios de transporte y almacenamiento. Hace unos años, el precio determinaba prácticamente por sí solo el éxito ante el tender convocado por un cargador. Y es evidente que continuará siendo un elemento básico para la negociación de cualquier acuerdo logístico, pero no volverá a ser la única variable que hay que considerar en la comercialización de estos servicios.
La logística ha dejado de ser una actividad transparente para el conjunto de la opinión pública, que está cada vez más concienciada de su contribución económica y social, pero también del impacto que genera en el medio ambiente.
El precio ya no es la única variable: importan la sostenibilidad, la tecnología
Los cargadores exigen ahora mucho más a la logística para responder a las demandas de estos clientes. Ya no basta con que el transporte de A a B se realice en el plazo indicado y a un precio por debajo de la competencia. Nos importa cada vez más saber cómo se transporta, cómo se almacena, qué medidas se implantan para reducir la huella de carbono, qué tecnología desarrolla para optimizar sus procesos…
A la vez, los problemas globales que está padeciendo la cadena de suministro desde la irrupción de la Covid-19 obligan a los cargadores a actuar con mucha más cautela a la hora de elegir a su partner logístico.
Lo importante ya no son los años de experiencia en el Sector, ni disponer de la mayor flota de camiones, sino la capacidad para anticiparse a cualquier tipo de problema que pueda surgir a lo largo de la cadena de suministro y adaptarse a las cambiantes circunstancias del mercado.
La calidad, clave
La calidad emerge en este nuevo escenario como una variable cada vez más importante en la venta de cualquier servicio logístico. Las presentaciones corporativas de las empresas ya no se refieren exclusivamente al mapa con sus instalaciones y tablas descriptivas de sus servicios, e incorporan cada vez más páginas dedicadas a conceptos como sostenibilidad y tecnología.
La gran baza comercial de una empresa se centra en el valor añadido, en su capacidad para mostrar los aspectos diferenciales que la convierten en compañías más modernas, más inteligentes, más sostenibles, más digitalizadas.
Y en este salto, el marketing digital será el gran aliado de las empresas logísticas que quieran posicionarse en el nuevo mercado y liderar la transmisión de los valores que ya están redefiniendo la logística.

